El FMI, que celebra estos días su asamblea general en Bali (Indonesia), calcula que España cumplirá con el objetivo de déficit del 2,7% este año, pero avanza que se desviará, con mucho margen, del plan del año que viene, fijado en el 1,8%. El Fondo eleva la cifra hasta el 2,3%.

Estas previsiones se producen después de que el Ejecutivo socialista lograra pactar en julio una relajación del objetivo del déficit en cinco décimas este año y el que viene, hasta el 2,7% y el 1,8%, respectivamente. Si bien la cifra de este ejercicio es más realista, el FMI anticipa que el desfase presupuestario será mayor del previsto en 2019.

El Fondo afirmó la semana pasada de que el objetivo de déficit del 1,8% era «crucial y apropiado», aunque advirtió de que, para su cumplimiento, las cuentas de 2019 deben incluir «un paquete de medidas creíble».

Pese a todo, con un déficit público por debajo del 3% del PIB, España saldrá del procedimiento de déficit excesivo abierto por la Unión Europea en 2009.

Por su parte, la deuda pública de España cerrará el año en el 97,2%, por encima del 96,7% calculado en abril. El porcentaje bajará al 96% en 2019 y al 95% un año después. En 2020, el FMI prevé que el endeudamiento represente el 93,8% del PIB en 2021, por encima del 92,8% de su anterior pronóstico, mientras que en 2022 se situará en el 93% y, un año después, en el 92,5%, en contraste con el 90,9% de las previsiones de abril.

El endeudamiento de España supera con creces la media europea, fijada en el 84,4% este año y que se reducirá hasta el 74,5% en cinco años.

Expansión